martes, 20 de enero de 2009

Mente-Cerebro ("Mind-Brain") o Mente-Cuerpo ("Mind-Body") y Sentido:
No somos otra cosa que conciencia, sólo somos por ella. Si tenemos inquietud por el sentido de las cosas, empezando por el nuestro propio, la cuestión de la conciencia, el problema mente-cerebro, sería central, puesto que es por él que damos sentido a todo lo demás. Sentido además existencial, puesto que la conciencia y nuestra vivencia de ella es lo que nos permite decir "Soy. Existo. Estoy aquí".

Conciencia fenoménica ("Phenomenal consciousness"):
Nuestra conciencia empieza siendo sensaciones dentro de lo que se llama conciencia fenoménica, vivencias de nuestros diferentes tipos de sensaciones dentro de un espacio de sensaciones común, objetos fenoménicos ("Phenomenal objects") dentro de un espacio fenoménico ("Phenomenal space"). También se puede hablar de los objetos fenoménicos como datos de los sentidos ("Sense data"), y de las cualidades de los datos de los sentidos ("Qualia").

Conciencia fenoménica y pensamiento o abstracción:
Nuestro pensamiento no parece consistir sino en sensaciones sutiles, lo que en inglés se llama “mental imagery”, visual o auditiva (“Visual imagery”, “Auditory imagery”), o sea “dibujar” con la mente transparentemente en el aire o con los ojos cerrados, hablarse a si mismo con la voz interior. Nuestros recuerdos son también sensaciones sutiles. Las sensaciones sutiles son menos tangibles que las sensaciones actuales de lo que constituye en ese momento nuestro exterior, pero no son menos concretas.
Nuestro pensamiento o capacidad de abstracción no sería una cosa en si sino una autoorganización de estas sensaciones sutiles que permite una representación del mundo exterior al que tenemos que adaptarnos, y una autorepresentación que permite ampliar y afinar la representación misma.
Nuestro pensamiento se vuelve cada vez más abstracto por niveles de representación que suponen diferentes formas de autoorganización de sensaciones. Aunque al final para que todo tenga un sentido completo los diferentes niveles deben corresponderse orgánicamente encajando los unos en los otros, deben convenger, con experiencias concretas y directas con el entorno, concreción empírica.

Sensaciones en si y observación de cerebros:
El problema mente-cerebro concreto es el de llegar a comprender como nuestros contenidos de conciencia se corresponden con procesos de nuestro cerebro, cómo estos últimos construyen estos contenidos de conciencia, o sea nuestras sensaciones, recuerdos, pensamientos, estados de ánimo, etc.
Concretamente en relación a nuestras sensaciones, observamos nuestros cerebros, sus neuronas y procesos, precisamente dentro de nuestras sensaciones. Nuestras sensaciones en si no pueden ser objetos observables de si mismas, no pueden ser objetos palpables dentro de si mismas, por lo tanto con respecto a los procesos del cerebro nuestras sensaciones no pueden ser sino relaciones abstractas dentro de ellos, dentro de las relaciones entre esos procesos. Nuestras sensaciones se “dibujan” dentro de las relaciones entre los procesos del cerebro, son abstracciones, ilusiones, con respecto a los procesos físicos observados y su representación dentro de esa estructura de observación.

Formas de sensaciones, de procesos del cerebro, y literalidad:
Las formas de nuestras sensaciones no tienen porqué corresponderse literalmente con las formas directamente observables de los procesos de nuestro cerebro. La cosas pueden ser más crípticas e indirectas. Si vemos un cuadrado o un cubo eso no quiere decir que por ejemplo haya cuatro u ocho o siete somas o partes centrales de neuronas que conformen un cuadrado o cubo, o algo similarmente literal. Lo que sí seguramente es que cuando se lleguen a descubrir los procesos que construyen las sensaciones, algo relacionado con ellos se podrá parametrizar con tres parámetros p1-p2-p3 y representar dentro del espacio euclideo en base a estos parámetros formando un cuadrado o un cubo.

Comprensión intuitiva y comprensión matemática:
La comprensión de lo concreto de nuestras sensaciones con respecto a los procesos de nuestro cerebro empieza siendo por lo tanto algo bastante abstracto. No debe esperarse una comprensión muy intuitiva y directa de las características de la conciencia. Se habla de “Explanatory gap” (Levine) o de “Hard problem of consciousness” (Chalmers). Bueno, en realidad eso no es tan extraño, nuestra comprensión de la realidad siempre ha estado llena de “explanatory gaps”. Veánse las paradojas de Zenón, que giran entorno a la comprensión de nuestras sensaciones o intuiciones en base a nuestras sensaciones o intuiciones mismas, y el callejón sin salida que supone esto. Precisamente no tienen una solución intuitiva sino un solución matemática que va más allá de nuestras sensaciones o intuiciones. Si queremos resolverlas como según nos da la sensación que podemos representarlas entonces son paradojas. Si el corredor para llegar al fondo del estadio tiene que recorrer 1/2 + 1/4 + … , nuestras sensación es que esta suma sólo puede valer infinito, porque no podemos salirnos de que para sumar infinitos términos uno a uno necesitaríamos infinitos instantes de tiempo. Sólo recurriendo a la matemáticas y iendo más allá de las intuiciones se comprende que la suma es en realidad 1, y que no se resuelve esto en base a como da la sensación sino mediante la teoría de series y límites. De la misma manera otras paradojas de Zenón sólo se resuelven matemáticamente, recurriendo al cálculo (Paradoja de la flecha o del movimiento) , o a la teoría de conjuntos infinitos de Cantor con cosas tan poco intuitivas pero demostrables como que en dos segmentos de diferente longitud hay el mismo número de puntos, y de hecho también el mismo que en la recta infinita entera o en cualquier superficie o volumen.

"Paradojas" sistémicas
Las hileras de hormigas del hormiguero a la comida y viceversa aparte su organización siguen geodésicas sobre el terreno, pero no hay director de orquesta ni nada que calcule caminos óptimos. Todo surge de un ensamblado o integración sistémica de los comportamientos individuales de todas las hormigas basados en direcciones aleatorias y mensajes químicos, las feromonas. Al integrarse, el sistema está localmente en todos los puntos en las interacciones de las hormigas y a la vez es un todo, sin ser en si nada.

Metáfora del dibujo o de la pintura:
No existe una comprensión absoluta de las cosas, comprendemos siempre en base a metáforas que intentan ser modelos lo más intuitivos posibles. Las metáforas-modelos pueden ser siempre útiles siempre que se tenga en cuenta que sólo son aproximaciones intuitivas, y que no tienen porque ser perfectas punto por punto, que no deben interpretarse literalmente punto por punto. Para nuestra conciencia visual y sus imágenes, su contenido, podemos pensar en la metáfora del dibujo o de la pintura, entonces en un “papel” o en una “tela”, en un “lápiz” o en un “pincel”, en un “trazo” o en una “pincelada”. Entonces las correspondencias serían: El “papel” o “tela” abstractos, se corresponderían con el espacio de las relaciones entre los procesos neuronales que “dibujarían” dentro de si mismos o dentro de sus relaciones, el “lápiz” o “pincel” los procesos mismos, el “trazo” o la “pincelada” sería la memoria o la retención de esos procesos dentro del conjunto o coherencia o globalidad que conforman.

Problema del Homúnculo ("Homunculus"):
Se puede objetar que la metáfora del dibujo lleva al problema del Homúnculo. Si se conciben los contenidos de la conciencia visual como dibujos entonces algo, un ojo interior, debe observar ese dibujo. El problema del Homúnculo parece ser más un problema de cómo se expresan las cosas que un problema real.
Aristóteles (“De Anima”) ya observó que resulta problemático concebir la conciencia visual como algo aparte que observa sus propios contenidos, como algo aparte de esos contenidos, que esto lleva a un problema de regresión infinita (“Infinite regress”) o problema del Homúnculo. Propuso concebir la conciencia visual como un sentido autoreferente, como un sentido que se percibe a si mismo, cortando así una posible regresión infinita. Pero esto no parece tampoco una concepción demasiado satisfactoria, lo autoreferente siempre es problemático. Tal vez es mejor concebir o expresar las cosas de esta manera: Los procesos son sensación en si. Claro que también hay que considerar que sí que hay lo que se podría llamar un homúnculo abstracto, que a la vez que tenemos sensaciones actuales las podemos analizar mediante pensamiento o sensaciones sutiles, pero entonces no son precisamente un ojo interior que observa las sensaciones actuales, sino en realidad dos planos diferentes de sensaciones que coexisten como coexisten las diferentes modalidades de sensación (“Sensory modalities”), o sea visión, audición, etc, dentro del mismo espacio de sensaciones.

Observación por introspección:
Intentar comprender la conciencia sólo por introspección no lleva a resultados satisfactorios. Juzgar la conciencia en base a la conciencia misma es juzgar la conciencia desde la conciencia completamente constituida y lo que le puede parecer la conciencia a la conciencia puede ser más bien una ilusión. Desde la conciencia nuestras sensaciones o pensamientos puede parecer que existen en si como un todo autosuficiente en alguna parte puesto que así los sentimos, pero no serían en realidad sino ilusiones dentro de los procesos del cerebro.
Como ejemplo de ilusión de la conciencia para la conciencia tenemos la ilusión de la mirada fija sobre un objeto inmóvil o un rostro en una fotografía. Miramos “fijamente” un objeto inmóvil o un rostro en una fotografia, nos da la sensación que nuestra mirada es algo tan inmóvil como aquello que observamos, nuestra sensación es en efecto algo inmóvil. Pero en realidad nuestros ojos están realizando continuamente micromovimientos que exploran los detalles de aquello que observamos, y nuestro cerebro no recibe información fija sino un flujo de perspectivas diferentes de los objetos de las que extraerá las invariantes proyectivas (A partir de la perspectivas de los micromovimientos y también de la visión binocular, o sea de las diferentes perspectivas de los dos ojos), para construir una sensación media lo más fiel y útil posible. Por otra parte las invariantes y la teoría de grupos que las estudian nos ayudarían a comprender nuestras sensaciones en si, vemos un objeto inmóvil sin embargo el cerebro se "mueve", está en constante actividad, nuestras sensaciones construidas son invariantes con respecto a la actividad de nuestro cerebro.
También es una ilusión de la conciencia para la conciencia que estemos observando una continuidad tal cual de las cosas exteriores puesto que la succesión de fotografías que es una película nos engaña.

Sensaciones sutiles y micromovimientos:
Los micromovimientos de nuestros ojos explicarían a lo mejor nuestras sensaciones sutiles visuales ("Visual imagery"). Nos piden que pensemos en la torre Eiffel con los ojos abiertos. No la vemos como un objeto actual delante de nuestros ojos pero sí que tenemos la extraña sensación de ver algo, un ver sin ver. Hay teorías que proponen que esa sensación viene en realidad de que la estamos dibujando con los movimientos de nuestros ojos, que no percibimos pero que son constantes. De la misma manera nuestras sensaciones sutiles auditivas ("Auditory imagery") se podrían explicar a lo mejor por pulsos de los músculos de nuestra laringe por ejemplo.

Teorías concretas de conciencia:
Hay mucha divagación filosófica sobre lo que es la conciencia basada sobre todo en análisis por introspección y que no lleva a ninguna parte. Pero la comprensión de la conciencia es algo muy concreto:
- Comprender la diferencia entre procesos conscientes e inconscientes. Cuando estamos despiertos en paralelo a nuestros procesos conscientes hay procesos inconscientes, ¿qué diferencia a los unos de los otros? ¿Qué diferencia a su vez los procesos cuando estamos despiertos de los procesos cuando estamos dormidos o inconscientes? ¿Qué es despertarse o qué es dormirse o perder el conocimiento?
- ¿Qué diferencia las diferentes modalidades sensoriales (“Sensory modalities”) que comparten un mismo espacio de sensaciones? ¿Cómo comprender los diferentes aspectos dentro cada modalidad sensorial (“Sensory submodalities”) , por ejemplo dentro de la percepción visual: color, luminosidad, forma, profundidad, movimiento? ¿Qué diferencia nuestras sensaciones actuales de nuestras sensaciones sutiles (“Mental imagery”, recuerdos o pensamientos)
La verdadera solución sólo puede venir de una conjunción entre la neurobiología, que nos permite caracterizar concretamente los procesos de nuestro cerebro, la neuropsicología, que nos permite caracterizar concretamente nuestros contenidos de conciencia (Importante el estudio de las ilusiones ópticas que revelan muchos aspectos de la construcción interior de la conciencia), y las matemáticas, que nos permiten ir más allá de las ilusiones de nuestra introspección, y de las limitaciones de nuestras intuiciones a partir de nuestros sentidos y experiencia directa, que no son suficientes para comprender en toda su amplitud y profundidad la realidad, que pueden limitar nuestros conceptos.

Panpsiquismo ("Panpsychism"), Panexperiencialismo ("Panexperientialism"):
El Panpsiquismo y el Panexperiencialismo surgen de la consideración de que lo mental es tan diferente de lo físico que no se comprende cómo llega surgir la conciencia sin que ya lo físico más elemental tenga algo que sea específicamente o intrínsicamente mental, experiencial o consciente. O sea el panpsiquismo o panexperiencialismo son en realidad un dualismo suave o lo menos tajante posible.
Eso específicamente mental o experiencial elemental, o protoconsciente, o de alguna manera intrínsicamente consciente aunque no a la manera de la conciencia completamente constituida, nos sería por supuesto en si inimaginable, como los átomos que suponemos constituyen nuestros objetos cotidianos pero no podemos concebir intuitivamente, sólo matemáticamente.
La cuestión de como de eso mental o experiencial de lo físico más elemental se pasa a la conciencia humana completamente construida es lo que William James llamó el "Combination problem". Frente al "Generation problem" que es la cuestión de cómo comprender que de algo que en absoluto tiene en si propiedades protoconscientes puede surgir la conciencia, que es el planteamiento del fisicalismo estricto.
Es una cuestión enrrevesada, el fisicalismo más estricto se opone por supuesto a cualquier tipo de panpsiquismo, panexperiencialismo o protoconciencia, y de hecho propone considerar a la conciencia en si una ilusión. Pero entonces una ilusión de si misma, lo cual parece bastante contradictorio.
La solución a todas estas cuestiones sería algo intermedio y difuso. Por supuesto que lo material inconsciente algo debe tener que lleva a la conciencia, de hecho las neuronas que en el sueño son inconscientes cuando estamos despiertos se integran en conciencia. Pero considerar a ese algo como protoconsciente o con cierta conciencia o experiencialidad ya en si mismo es demasiado exagerado. Sería la combinación de ese algo que puede llevar a la conciencia pero que no se puede llamar protoconsciente, con la "magia" de la integración sistémica, lo que llevaría a la conciencia. Piénsese en el ejemplo clásico de integración sistémica, las hileras de hormigas entre el hormiguero y la comida, muy bien organizadas y que siguen caminos óptimos, son hileras con inteligencia. Sin embargo el comportamiento de cada hormiga no es ni mucho menos inteligente. Se le puede llamar comportamiento protointeligente, pero bien observado en si ese comportamiento, llamarle en algo inteligente o con algo parecido a la inteligencia, parece muy exagerado. Se tendría tal vez que hablar más bien de protointeligencia progresiva, de cómo interacciones dentro de grupos cada vez mayores de hormigas tienden a la inteligencia final de las hileras completamente constituidas. Aunque también, en sistemas complejos, la emergencia de propiedades puede depender de cambios de evolución muy bruscos e impredecibles que sin embargo llevan a autoorganizaciones sorprendentes y creativas.

Conciencia biológica, Zombies filosóficos ("Philosophical zombies"):
Relacionado con ese algo que tiene lo material que lleva a la conciencia está la cuestión de si se puede lograr conciencia o inteligencia con materiales otros que los biológicos. Cada átomo, luego cada molécula, cada organización progresivamente más compleja, tienen propiedades específicas. ¿Puede un ordenador pese a que tenga la misma capacidad de conexiones que un cerebro ser inteligente o consciente? ¿Y puede ser algo inteligente sin tener un interior, una capacidad experiencial? Relacionado con esto último está el concepto de Zombie filosófico, un ser que sin tener un interior sería sin embargo exteriormente completamente equivalente a un ser humano, entonces al menos desde el punto de vista del comportamiento ese ser sería específicamente inteligente. ¿Sin embargo es eso posible precisamente sin un interior, sin una capacidad experiencial, sin una capacidad interior de representarse el mundo y a si mismo?

Cuestión epistemológica y cuestión ontológica:
Observamos los procesos de nuestro cerebro dentro de nuestras sensaciones, o sea dentro del esquema de conocimiento de estas. Pero esas sensaciones forman parte de los contenidos de conciencia mismos que queremos comprender en base a lo físico que ocurre en el cerebro. Las sensaciones no pueden ser objetos observables concretos y palpables de si mismas, sólo pueden ser abstracciones, relaciones abstractas entre los procesos físicos que observamos dentro o por las sensaciones mismas. Esa cualidad abstracta nos puede llevar a considerar que lo mental es necesariamente algo diferente de lo físico. Pero en realidad esa cualidad abstracta de lo mental es ante todo un condición epistemológica, una condición de la lógica de nuestro conocimiento de las cosas, un condicionamiento de que el medio por el cual observamos las cosas no puede ser objeto observable de si mismo sino sólo abstracción con respecto a lo concretamente observable. Sólo lo físico exterior a nuestros contenidos de conciencia (Objetos exteriores, propio cuerpo) puede ser objeto observable concreto por nuestra conciencia. Hacer un corte tajante entre lo físico y lo mental sólo por ese condicionamiento epistemológico, es convertir algo epistemológico en algo ontológico, y es discutible. Lleva al dualismo ontológico (Platonismo, dualismo cartesiano, mónadas de Leibniz, etc), cuando en realidad sólo el dualismo epistemológico parece justificable. Una visión más justificada sería a lo mejor el monismo neutro, lo físico y lo mental como dos aspectos del conocimiento de una misma cosa ni física ni mental.